El prefijo "anti" quiere decir "en contra de" o "el antídoto", en la naturaleza. En este caso, los antioxidantes describen el efecto que estos productos químicos tienen en contra de los oxidantes.
Los oxidantes, usualmente conocidos como 'radicales libres' son producidos como un subproducto natural de los millones de procesos bioquímicos emprendidos por el cuerpo cada minuto. El mismo oxígeno vivificador que soporta todas las funciones del cuerpo crea estos subproductos dañinos que causan daño a las células, usualmente al ácido desoxirribonucleico, las grasas y las proteínas.
Los radicales libres también entran en el cuerpo a través de influencias externas como la exposición al sol, los pesticidas y otras clases de contaminación del medio ambiente. Además, su presencia aumenta por la tensión nerviosa mental y física, el consumo de bebidas alcohólicas, comidas antihigiénicas y humo del cigarrillo.
De la misma manera en que la oxidación causa la oxidación de los autos, la oxidación dentro del cuerpo causa fallas en las células. Si se permite que la cantidad de oxidación radical en el cuerpo se eleve a un nivel dañino, puede dar como resultado un daño extensivo en componentes celulares y puede acelerar el proceso de envejecimiento.
Más importante aún, puede contribuir a una gran variedad de enfermedades degenerativas y puede reducir la habilidad del cuerpo para ocuparse de otros problemas, incluyendo las enfermedades cardiovasculares, de funcionamiento defectuoso, de los ojos, y el cáncer. Adicionalmente, puede dar como resultado un sistema inmunológico comprometido, conducir a un desorden inmunológico y una disminución de la habilidad del cuerpo para sanar heridas y vencer infecciones. Algunos estudios indican vínculos posibles con la artritis y otras condiciones crónicas similares.
Fuente: http://www.visitacasas.com/
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