En las sociedades occidentales la gente se están poniendo cada vez más gordas. Esto se refleja en la popularidad de los libros de dietas y los equipos para bajar de peso. Pero mientras que muchos de nosotros nos damos cuenta de que sería muy bueno perder un poco de peso, solamente estamos vagamente conscientes de los niveles de obesidad generales de nuestra sociedad. Mucho menos conscientes somos del impacto que esto está teniendo sobre nuestros niños, y la diseminación de la obesidad infantil.
¿Qué es la obesidad?
En términos generales, una persona es considerada obesa cuando la cantidad de grasa guardada en su cuerpo involucra un riesgo para su salud. Aquí hay algunas estadísticas recientes del OECD que muestra el alcance que tiene este problema:
Porcentaje de la población (de más de 15 años) que es obesa.
Estados Unidos-30.6%
México-24.2%
Inglaterra-22.4%
Australia-21.7%
Nueva Zelanda-17%
Canadá-14.9%
Alemania-12.9%
Francia-9.4%
En otras palabras, casi uno de cada tres norteamericanos y casi uno cada cinco australianos tienen un sobrepeso que involucra un riesgo en su salud.
Causas de la obesidad.
Cada individuo tiene una tendencia a racionalizar nuestra inclinación para ser obeso. Generalmente culpamos a la herencia genética o a un desbalance glandular, y mientras que estas cosas presentan una diferencia, la causa principal de la mayoría de la obesidad es muy simple. La persona gana peso cuando él o ella consume más calorías de las que quema.
En otras palabras, hay dos importantes factores involucrados: la dieta y el nivel de actividad. Parece bastante obvio que en los países que tienen un alto nivel de obesidad, ambos factores se ven comprometidos. Las dietas del occidente contienen mucha grasa y azúcar hoy en día, mientras que las personas se están volviendo más sedentarias y están haciendo menos ejercicio físico, sentándose frente a las computadoras todo el día y frente a la televisión toda la noche.
Fuente: http://www.visitacasas.com/
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